He oído a los mares gritar mi nombre
Reseña
La
mitología es un aspecto importante para el estudio de las civilizaciones, de
cierta forma, es la realidad alterna de los pueblos antiguos, un mundo de
alegorías y fantasía en el que los seres humanos se ven identificados y que
utilizan para entenderse a sí mismos.
Una
de las pocas debilidades a considerar el libro es la poca explotación del
origen del mal a nivel <<gráfico>> pues su papel es completamente
atmosférico. Es decir que lo odiará más por su presencia en el pasado, que por
su interacción con el presente.

En
la antigüedad, estas historias eran tomadas muy en serio, y aunque esto se ha
ido perdiendo, para su estudio hay que aclarar que no se debe prestar atención en el sentido
literal de los mitos; se deben entender como las interpretaciones del
pensamiento humano para colocarlos en un ámbito espiritual, no en un sentido de
religiosidad, sino sobre la esencia del ser.
Mas
para literatura fantástica, las leyes naturales pierden sentido, los mitos
pueden ser traídos para servir a los oscuros propósitos del autor de una obra
literaria. El uso de estos es un sable de doble filo, por ser tan atractivo es
complicado desarrollarlo con originalidad en estos tiempos.
Una
joven pareja se muda a una ciudad de Holanda que sostiene su economía por actividades
navales, gracias a su posición geográfica. Esto con la esperanza de una nueva
vida para las tres: Valeska, Rhonda y su pequeña hija, Veib.
Tras
un ajetreado viaje, el miedo de comenzar con una nueva vida no parece del todo
bajar el ánimo de estos personajes. Las cosas iban bien, la nueva casa era
grande y agradable, la oferta de empleo de Valeska que las había traído aquí
era atractiva, pero pronto el panorama teñido de un rosa pastel cambiaría.
Las
cosas empeoran cuando la oferta de trabajo se esfuma: Valeska, como sostén de
la familia, no sabe cómo se las arreglará de ahora en adelante. La pareja
decide no preocuparse, la alta calificación de la ingeniera seguro le
conseguiría un empleo rápidamente, sino siempre estaba su esposa, psicóloga de
profesión, que podría abrir un consultorio en casa para sacar la situación a
flote.
Valeska
encuentra pronto trabajo, no el que esperaba, ofrecido por un viejo científico
de aspecto no muy agradable, y con una paga muy por debajo de las expectativas
de la ingeniera, pero no era momento para exigir. El empleo desencadena una
serie de sucesos que la conciencia racional de la pareja no puede aceptar hasta
que ya es muy tarde.
El
trabajo obliga a la ingeniera a hacerse a la mar, separándose de su querida
esposa y dejándola a merced de la oscura trama que el destino tiene reservada
para ella. Hay algo que la busca, y alguien que la necesita, y a pesar de que
también tiene apoyo, no está segura de si será suficiente para salir adelante.
He
oído a los mares gritar mi nombre es una historia novelada en la actualidad de
corte fantástico y con tintes de romanticismo, que se desarrolla en Holanda, en
Europa.
<<Estos seres nacían en el mar,
pero a diferencia de las sirenas tradicionales no eran oriundos de él. Se
llaman nards.>>
Víctor
Conde hace un excelente uso de la mitología, es evidente su presencia desde que
uno mira la portada del libro, claro que el manejo de ésta es delicado para un
autor, pero aquí está el primer acierto. Las nards pertenecen a la mitología
etrusca, y gracias a los romanos, poco sabemos de ella.
Esto
le da una sensación de frescura a la historia, con este recurso la atmósfera
que consigue es prácticamente única, pues no encontrará un desarrollo invadido
por los clichés que existen en otras historias versadas en sirenas.
La
historia por sí misma es agradable, tiene elementos de referencia, que por ser
actuales, da una sensación de intimidad con la atmósfera, pocas veces tendrá
que recurrir al diccionario para comprender a lo que se están refiriendo en equis
punto del libro, como lo haría en novelas situadas en la antigüedad.
El
desarrollo es evolutivo sutilmente, constante, algo que hace que la novela sea
congruente con la realidad, desde el inicio el libro juega con el cruce de
historias dentro la misma. Narra situaciones que le harán creer que ahí es
donde se centra el origen de todos los males.
La
habilidad del señor Conde para tejer un universo dentro de su creación es
meticulosa hasta el punto de volverla enteramente realista. Los personajes son
varios y tienen papeles fundamentales que interfieren entre la vida de unos y
otros.

El
clímax es estremecedor, es una ola de emociones al puro estilo de la novela
romántica, el ritmo de la lectura cambia perfectamente dependiendo de la
emoción que el autor nos quiera transmitir, la tristeza que lo envuelve
recuerda a la misma que rodea a Frankenstein
o el moderno Prometeo y aunque el final de esta parte se queda corto, llega
en el momento preciso, sin retardo ni presiones, tan bien colocado que lo hará
descansar de la tensión de ésta parte.
La
esencia de la obra gira en torno a la idea de la muerte como creadora de vida,
esta dualidad que poco se comprende en el mundo occidental, y sobre las figuras
mitológicas como portadoras de la sabiduría. La idea de Víctor Conde sobre esto
está tan bien desarrollada que hace que el final resulte en un momento
devastador tanto para el lector como para la historia misma.
He
oído a los mares gritar mi nombre, de Víctor Conde, una
novela del 2014 que le muestra un terror evolutivo, y que por lo mismo vale la
pena tener es su biblioteca.
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