La sombra que visitaba la tumba de Edgar Allan Poe

El cuervo

Una vez, al filo de una lúgubre media noche,
mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido,
inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia,
cabeceando, casi dormido,
oyóse de súbito un leve golpe,
como si suavemente tocaran,
tocaran a la puerta de mi cuarto.
<<Es —dije musitando— un visitante
tocando quedo a la puerta de mi cuarto.
Eso es todo, y nada más. >>




Y cuánta razón tenía el maestro del cuento corto, es, al menos, lo que parece ser un visitante nocturno. Un gran señor, que majestuoso entraba a media noche o pasadas un par de horas, a dejar tres únicas rosas y una botella medio llena de coñac, a los pies de la tumba del autor de El cuervo.

Ayer, hace 207 años que la tierra recibió al genio de la pluma, de los versos de locura, Edgar Allan Poe. Sin duda uno de los escritores, que por la atmósfera que lo rodeaba, estaba envuelto de misterios que incluso hoy día, aún inquietan a más de uno de sus seguidores.

Poe murió a los cuarenta años en Baltirmore, lugar en el que no debía estar, pues él se dirigía a su casa de Nueva York luego de una penosa travesía que tenía como objetivo conseguir fondos para publicar su nueva revista literaria. El poeta fue encontrado aparentemente intoxicado y vestido con ropas que no eran suyas, nadie sabe qué fue de Poe desde el 27 de septiembre y hasta el 3 de octubre de 1849, nadie puede explicar qué pasó exactamente en esos días, ni siquiera el mismo Edgar, quien murió en una cama de hospital el 7 de octubre del mismo año.


Sus últimos días fueron un misterio y lo que pasó luego de su muerte, no se quedaba atrás. Alrededor de 1939, entre la media noche y las cinco de la mañana, un extraño espectro se colaba al cementerio, caminaba sin prisas y abriéndose paso entre las tumbas, ondeando ligeramente un bastón negro con empuñadura dorada y cubriéndose el rostro con una bufanda blanca que hacía de cómplice con el enorme sombrero que descansaba en su cabeza.

Durante varios minutos, aquella sombra permanecía estática frente a la tumba de Poe, brindaba con ella y con un gesto de infinita tristeza, acariciaba la fría piedra y se marchaba, no sin antes dejar tres rosas y el restante de la botella de alcohol. El espectro no faltó nunca a su cita cada 19 de enero, durante setenta años.

El rumor se esparció como pólvora y no tardó mucho para que todos apuntaran a un único sospechoso hasta el momento: el exdirector del museo de Poe en Baltimore, Jeff Jerome. Mas Jeff siempre se declaró inocente de aquél cargo y para limpiar toda duda, en 1983 comenzó a organizar grupos que vigilaban la tumba del escritor todas las noches en que debía aparecerse el visitante.


Aunque ahí, Jerome demostró su inocencia, Kristen Haberson, presidenta de la organización Poe Baltimore, cree que el exdirector se llevó a la tumba el secreto de la identidad de aquél hombre.

Otro sospechoso que eligió el público fue Alexander Rose, presidente de la Poe Society y profesor de literatura y aunque él no mostró interés en aclarar su inocencia, sí reveló un dato que acrecentaría aún más el misterio. Resulta que en aquellas ofrendas a veces también, el extraño hombre dejaba notas y Rose hizo pública una que decía que era momento de pasar la antorcha a su hijo. Lo que indica que era más de una persona la que visitaba la tumba de Poe. La nota fue escrita en 1993 y curiosamente, Alexander Rose, muere en 1995.


El hijo de Alexander Rose asegura no saber nada sobre el misterio del visitante, aunque aclara que él piensa que su padre, al igual que Jeff Jerome, se llevó secretos sobre la identidad del extraño hombre. El 2009, fecha del bicentenario del natalicio de Edgar Allan Poe, fue testigo de la última visita del espectro. Los años siguientes la tumba permaneció en solitario y aunque recientemente se ha visto a hombres dejar la mítica ofrenda frente a los restos del escritor, los vigilantes saben que no son más que impostores.


¿Tú qué piensas? Crees que el rito haya sido organizado en un principio por Jeff Jerome? ¿Qué piensas de la coincidencia de la nota que publicó Alexander Rose a sólo un par de años antes de su muerte? ¿Crees que el rito sólo debía durar 200 años o simplemente, el encargado de seguir con él se rehusó a continuar? Sea cual sea tu conclusión, me gustaría leerla en la caja de comentarios.

Comentarios

  1. Creo que, lo que sea que hayan tenido entre manos, no debía pasar de los 200 años exactos. Los seguidores de Poe son tan fuertes hoy como ayer y dudo que dejaran pasar tal cosa así fuese por un mero año. He de acotar que sospecho que más de una persona era la encargada de las visitas y que Jerome organizó esos grupos con gente que estaba metida en el meollo del asunto con él. De todas formas, lo que se haya dado, ya se dio.

    He leído la entrada a la par que escuchaba tu vídeo, con lo cual te digo que me suscribo a ambas vías.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es increíble como Edgar Allan Poe sigue rodeado de misterio. Se dice que el visitante se volvió más difícil de encontrar cuando había grupos de vigilancia; de hecho, suena sospechoso ¿Te imaginas lo que se podría encontrar en las notas que dejaba el extraño? Pero como dices, lo que se haya dado, ya se dio.

      Me alegra que te haya gustado el contenido en ambas plataformas y llegas en buen momento: la semana entrante habrá una sección nueva. Saludos.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares